¿TRABAJAR PARA VIVIR, O VIVIR PARA TRABAJAR?
- Natalia Ramírez
- 10 jun
- 3 Min. de lectura

48 horas, 6 días (de 7) a la semana, con un sueldo “mínimo” y una canasta básica “máxima” (hablando de precios), es eso el día a día de los mexicanos asalariados/trabajadores.
En México una persona asalariada es aquella que recibe una remuneración económica a cambio de su trabajo desempeñado, ya sea por las horas trabajadas o por el trabajo desempeñado.
En México un empleo normal o común es aquel de 8 horas al día por 6 días a la semana, dando esto como resultado 48 horas laborales por semana. Pero ¿en realidad son solo 48 horas a la semana? Tomando en cuenta el México actual en el que vivimos y su infraestructura, una persona para trasladarse a su lugar de trabajo utiliza un medio de transporte ya sea público o privado, teniendo en cuenta esto en muchos casos las personas pasan de 1 a 3 horas en el transporte público, dependiendo esto de factores como el clima, la distancia, el tiempo de espera, el sistema de transporte de su ciudad y la cantidad de personas que utilizan ese mismo transporte o ruta.
Laboralmente son 48 horas, pero si le agregamos 1 hora de camino al trabajo y 1 hora de regreso a casa, obtenemos como resultado 2 horas extras por día, multiplicándose por 6 días a la semana el resultado es de 12 horas, sumando estas 12 horas a las 48 horas laborales obtenemos la cantidad de 60 horas, mismas que pasa el mexicano promedio en su trabajo y en el transporte al trabajo, teniendo en cuenta esto es evidente que los mexicanos no trabajamos para vivir, vivimos para trabajar, pues con un empleo de 60 horas a la semana, un sueldo mínimo y una inflación en los precios de la canasta básica, ¿Qué es lo que se nos permite vivir o disfrutar?
Un tema muy sonado, discutido y aplazado en el pleno han sido “las 40 horas laborales”. Una reforma que propone disminuir las horas laborales de 48 a 40, teniendo como resultado 8 horas diarias por 5 días a la semana.
Este tema causó controversia, una parte de la población dice que es un avance para el sistema capitalista y laboral, otros opinan que no hace falta o deciden ignorar el tema, si algo sabemos es que la reforma laboral es aparentemente un hecho.
La iniciativa original fue presentada en abril de 2023 por diputados del Partido del Trabajo (PT). La propuesta era modificar el artículo 123 de la Constitución para establecer dos días de descanso por cada cinco laborados, en lugar de uno por cada seis.
El 25 de abril de ese mismo año, la Comisión de Puntos Constitucionales aprobó el dictamen. Posteriormente, se realizaron cinco foros de parlamento abierto del 16 de octubre al 13 de noviembre del año 2023. Según el anuncio oficial, este cambio a la Ley Federal del Trabajo (LFT) se implementará de forma gradual hasta llegar a las 40 horas “a más tardar en enero del 2030”, donde casualmente serán tiempo de elecciones, esto bajo un esquema de diálogo con todos los sectores: trabajadores, empleadores, académicos y autoridades.
Uno de los principales argumentos en contra de la reforma viene de parte del sector empresarial. La Cámara Nacional de Comercio (Canaco) advierte que la medida podría afectar la productividad, los ingresos al IMSS, Infonavit y a la hacienda pública. Muchos argumentan estar a favor de reducir las horas laborales para así tener más tiempo para sus familias o actividades recreativas, mientras que algunos otros dicen no ser beneficiados ya que no cuentan con un contrato laboral, existe la incertidumbre de no saber que pasara respecto a los sueldos y prestaciones, de si el desempeño será el mismo o se necesitará de más personal, de si será una carga excesiva de trabajo con tal de lograr la meta empresarial y demás.
La reforma laboral ha sido una reforma que ha causado miedo, incertidumbre, descontento y un poco de esperanza en aquellos que pasan la vida trabajando por tener un poco más.
Sea cual sea el resultado, sabemos que viene con alguna intención o sello de parte del gobierno, pero se espera sea una reforma que beneficie al sector trabajador de la población, todos merecemos tiempo para vivir.
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