REFORMA SILENCIOSA

El 23 de abril de 2025, la presidenta Claudia Sheinbaum dio a conocer la propuesta de reforma en materia de comunicaciones, enviando la iniciativa al Senado de la República. La finalidad de esta reforma es reemplazar la actual Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, incluyendo cambios como la creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT)

Esta reforma genera controversia porque podría abrir la puerta a posibles actos de censura y un control excesivo por parte del gobierno sobre medios y plataformas digitales, lo cual pondría en riesgo la libertad de expresión y afectaría la transparencia democrática. Se prevén disposiciones que permiten al gobierno bloquear plataformas digitales por motivos como seguridad nacional o evasión fiscal.

La reforma se aplicaría a radio, televisión y plataformas digitales como YouTube, TikTok, Netflix y redes sociales, con sanciones específicas, incluyendo multas del 5% de los ingresos. La ATDT tendría un control mayor sobre el contenido, con facultades para supervisar lo que se transmite y sancionar si se considera que viola los principios establecidos por la ley. Además, la agencia podría ordenar el bloqueo de plataformas que no cumplan con las leyes mexicanas.

Al eliminar un órgano autónomo como el IFT, la reforma debilita la separación de poderes y busca centralizar el control de los medios y plataformas digitales en una entidad ejecutiva. Esto facilitaría la manipulación del flujo de información y podría convertirse en una forma de censura, afectando especialmente a los ámbitos artístico, cultural y musical. El gobierno tendría la facultad de decidir qué se transmite, bajo el argumento de combatir la llamada "narcocultura".

Con esta reforma, se pretende controlar las ideas, expresiones culturales y discursos críticos sin una justificación legal sólida ni transparencia. Se corre el riesgo de que el gobierno silencie a la población, justificando estas acciones con el argumento de la "seguridad nacional", lo cual afecta directamente el ámbito laboral y la libertad de expresión. Muchos periodistas, productores y conductores podrían verse forzados a censurar su trabajo para evitar multas o despidos. En algunos estados ya se han cancelado conciertos de corridos, afectando músicos, staff, ingenieros y promotores, reduciendo su alcance e ingresos. Algunos estilos musicales, como los corridos tumbados, el hip hop o el rap.

La centralización del control también puede llevar a que los medios críticos pierdan concesiones o financiamiento, perjudicando empleos y limitando la libertad individual y de identidad cultural. La reforma busca, en realidad, prohibir y silenciar en lugar de promover diálogos constructivos. En lugar de enfrentar problemas de fondo, se culpa a la música o expresiones culturales y se prohíben, sin abordar las

La verdadera transformación social no se logra con censura; nace cuando el Estado protege la justicia, escucha a su gente y confía en su juventud. La cultura no debe ser vista como una amenaza, sino como un puente para la comprensión y la paz. El arte es la voz de quienes no han sido escuchados y silenciar esas voces solo profundiza los conflictos. Un gobierno que prefiere imponer silencio en lugar de abrir diálogo no genera paz, sino miedo y desconfianza. Solo en un país donde la palabra y la cultura florecen con libertad puede haber una verdadera seguridad.