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PLAN MÉXICO: lA BRÚJULA PARA CRECER

  • Foto del escritor: Oscar Zair Fuentes Avila
    Oscar Zair Fuentes Avila
  • 30 ene
  • 6 Min. de lectura

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Es cierto que vivimos un cambio político desde hace seis años en nuestro país, con un nuevo enfoque de cómo deben hacerse las cosas. En ese periodo quizás no se lograron concretar todas las visiones que se tenían para el nuevo Estado Mexicano, sin embargo, en estos días vivimos aires de continuidad marcados por una clara estirpe de la presidenta Claudia Sheinbaum, que contrario a lo planteado por su predecesor AMLO no ve con malos ojos el llevar al país a una competitividad económica e industrial que se ajuste a las necesidades actuales del país y de los bloques económicos a nivel mundial.


Dicha respuesta a la economía del país fue presentada el pasado 15 de enero en forma del Plan México que en palabras de la misma presidenta es “una visión del presente y el futuro sobre el desarrollo nacional, que está conformado de 13 metas cuyo objetivo es hacer de nuestra nación el mejor país del mundo disminuyendo la pobreza y la desigualdad y el cual contempla un portafolio de inversiones, nacionales y extranjeras, de 277 mil millones de dólares.


En términos sencillos estamos hablando de una estrategia de crecer desde dentro para responder afuera, en específico las 13 metas que establece este plan van ligadas a la idea del “Nearshoring” que en términos sencillos es acercar la producción al territorio de consumo, es decir a nuestro vecino hermano Estados Unidos, me parece que esta es una respuesta valiente ante las incertidumbres que genera la llegada de Donald Trump al mandato presidencial de la unión americana, pues aunque esta es una estrategia nacional también es presentada como una solución a la competencia de los gigantes asiáticos, planteando una estrategia de proteccionismo regional que involucre al bloque americano.

 

Gratamente sorprenden para bien las propuestas de este plan es de lejos la primera acción de gobierno que por lo menos en papel aleja las incertidumbres ya que en verdad es una valiente acción a la batalla económica y que se vislumbra como un buen plan transexenal, pues como lo dice el titulo de este texto, sin duda se ve como una buena brújula para llevar las actividades económicas del país por mucho tiempo, que sin duda busca el crecimiento económico en el país además que no se  había visto algo similar en mucho tiempo, su ánimo propositivo responde a una decisión de gobierno de altura administrativa y política.

 

Es claro que no todo es miel sobre hojuelas y debemos saber cuáles son los principales retos que enfrentara esta administración para tratar de cumplir las trece metas planteadas, para esto vamos a dividirlo en factores externos e internos.


Empezando por los internos, donde la pregunta esencial es: ¿Cómo hacer atractivo el país a las inversiones?, pues la instalación de la empresas estratégicas no solo es la ubicación, sino todos los beneficios que tenemos para ofrecer o la infraestructura para que se desarrollen dichas empresas.


El otro punto interno sin duda responde a la poca certeza judicial pues no será hasta después de las primeras elecciones del poder judicial y la instauración del nuevo sistema judicial que podremos entender y saber como realmente funcionará y cuáles serán los nuevos defectos de este mismo, aunado a que este sí tendrá una verdadera autonomía, porque sin duda, son aspectos que dan mucha seguridad para la inversión extranjera el contar con un sistema judicial justo y sin injerencia gubernamental.


Otro punto que es quizá el gran némesis para el desarrollo de nuestro país, es el tema de seguridad, pues vivimos momentos muy álgidos y estruendosos en la seguridad nacional con conatos violentos diarios.


Algo real es que la estrategia de seguridad va abandonando de a poco los abrazos y tratando de hacer cosas nuevas que den mejores resultados, es una realidad que si la seguridad no es controlada jamás podrá realizarse ni una sola de las metas que plantea el gobierno mexicano a través de este gran plan, pues lo básico para invertir debe ser la seguridad de que tus bienes no se verán afectados por la delincuencia sistemática.


Mientras que en los factores externos solo podemos reducirlos a nuestro vecino del norte pues parece que nada de lo que plantea este plan podrá lograse con un presidente que no puede vernos como aliados si no como una amenaza. Pareciera que México llego tarde al nearshoring, pues en la reciente toma de protesta de Donald Trump, especificó que la política que buscará para su país en materia económica, será repatriar toda la producción de las empresas a casa para convertirse en un país productor, por lo que pondría en incertidumbre el futuro del plan México. Podemos inferir que esta declaración aunada a la de los incrementos arancelarios son una de las tácticas de este “viejo lobo de mar” para dejar a nuestro país en una posición que favorezca a sus intereses a la hora de las negociaciones sobre el T-MEC y las demás estrategias económicas que busca para su país, que en esencia solo tendrá dos salidas, la renegociación o la cancelación de este tratado de libre comercio.


Sin duda el 2025 es un año de mucha incertidumbre para todos, por los grandes cambios que vivimos como país y como parte del mundo globalizado, por lo que no suena descabellado mencionar que esta propuesta del gobierno mexicano es sin duda atinada y una muestra real de la resistencia mexicana en todos los frentes, pues como país estamos mostrando valor al no subordinarnos ante las amenazas extranjeras no solo con discurso, sino con propuestas. Tanto a así que en contra del mantra hegemónico neoliberal de que “la mejor política económica e industrial es que no haya política industria y económica”, se muestra al “Plan México” como respuestas a las incertidumbres y que sin duda puede marcar el camino a seguir en nuestra política exterior, es sin duda una buena guía que cuenta con los indicadores y puntos de evaluación que podrán decirnos cuanto se avanzo o cuanto se retrocedió. Estas decisiones marcan la línea de gobierno que lleva a la presidenta Sheinbaum a tomar acciones de “mucho poder, poco dinero y mucha ambición”, que por lo menos muestran la visión de alejarse de la apatía institucional y buscar nuevas formas de resolver los conflictos hegemónicos del país, que si bien no es fácil ni tiene todo el camino libre de obstáculos, es una propuesta fresca, novedosa y que inspira a creer que podemos aspirar a un mejor escenario de competitividad económica al mediano y largo plazo. Será interesante ver si a diferencia de su predecesor, la Presidenta es capaz de pasar del discurso al hecho acercándose a mecanismos de autocorrección que le permitan saber que la política publica no es una ciencia exacta y necesita tener constantes evoluciones y adecuaciones, sobre todo teniendo como aliados fundamentales al sector empresarial, que dicho sea de paso, han declarado sentirse escuchados dentro de los planteamientos del Plan México.


Terminemos con preguntas que nos llevaran a una reflexión final ¿tendrá el gobierno mexicano la capacidad y flexibilidad de negociación para hacer frente a la amenaza Trumpista? Sin duda el gobierno mexicano ha sabido manejar los tiempos y jugar sus cartas con buen ánimo ante las embestidas americanas, lo que sin duda traza un marco de resistencia no tan desfavorable para nuestra causa, tanto así que el Plan México no es una respuesta reactiva a las ocurrencias del líder americano, sino una vía propositiva sobre la economía nacional.


¿Podrá el plan México superar a sus detractores internos? No podría tener mejor panorama esta nueva administración encabezada por Claudia Sheinbaum, que ante la adversidad. puede al fin demostrar con acciones la separación de las acciones del sexenio anterior, pues las especulaciones y comparaciones nunca se acabaran para este segundo piso de la cuarta transformación, que en apariencia empieza a dar esbozos de su propio estilo y carácter.


Un manotazo sobre la mesa es el decreto presidencial que con mano dura presentó la Presidenta el pasado 21 de enero, en el que establece la primera acción concreta de atracción de inversión, y donde plantea deducciones de hasta 91 por ciento para inversiones en activos fijos, con mayores beneficios ofrecidos hasta 2026. Al fin después de mucho tiempo el país empieza a obrar con seriedad y sin empachos políticos hacia lo que es uno de los ejes fundamentales del gobierno, es decir, la economía. Parece que llego el fin de la condena al aspiracionismo y se llego la hora de generar una madurez política y administrativa que no se guíe con base en ocurrencias.


Si bien no podemos irnos a los extremos de catalogar a esta acción como el nuevo milagro mexicano, creo también incoherente compararlo con el modelo de sustitución de importaciones realizado en los años 70´s en nuestro país y que resultó en una catástrofe económica, por lo tanto, tildarlo de un refrito moderno de dicha política pública creo que no hace justicia a esta estrategia.


Necesitamos darle tiempo al tiempo y esperar los primeros resultados del accionar de este Plan y ver si resistirá a todos sus enemigos tanto internos como externos, pero también hagamos un llamado para no atacar por atacar, dejemos espacio para los procesos y enfoquémonos en levantar la mano con propuestas que ayuden a mejorar el camino que marca la brújula, pues sin duda estamos ante lo más atinado en materia económica de este gobierno hasta la fecha. Pero lo más importante aquí es, ¿tú qué opinas? Te invitamos a compartirnos tu sentir en los comentarios.

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