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NUNCA PODRÁN SILENCIARNOS

  • Foto del escritor: Alexis Michel Arellano Gallegos
    Alexis Michel Arellano Gallegos
  • 7 jul
  • 3 Min. de lectura

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Reflexión sobre la libertad de expresión, sus límites y la censura en México.

 

Han saltado las alertas, la noticia corrió como la pólvora, y hoy, es una realidad, se amenaza con destruir nuestra voz. 

Al Congreso de la Unión llegó un paquete de reformas, que quizá por nombre y de forma aparente, no hay relación; sin embargo, todas ellas conforman un golpe duro y certero a la privacidad, así como a la libertad de expresión. 

 

La llamada “ley espía”, implica en términos generales, la conformación de una nueva CURP, la cual contendrá datos biométricos, como una fotografía, y huellas dactilares; con la cual se pretende crear un nuevo documento oficial el cual ya contendrá la información necesaria para identificar plenamente al individuo. A cargo de tan sensible información, quedará el nuevo “Sistema Nacional de Inteligencia” o “SNI” por sus siglas. Con esta reforma, también se le otorga acceso a las Secretarías de Seguridad, con el supuesto fin de coadyuvar con las labores de investigación, identificación etc. 

 

Desde luego que genera preocupación, no solo por el hecho de que ahora tus datos biométricos con los cuales accedes a tu dispositivo móvil, a tus apps, a tu banca móvil, y con los cuales accedes a información tributaria (mediante el portal del SAT) estarán bajo el resguardo de un organismo de gobierno, que hasta donde llega la información, no se ha declarado detalladamente cuál será el protocolo de resguardo; si no que, dicha información quedará de cierta forma “abierta” o “disponible” para las dependencias de seguridad. 

 

Antes de comentar propiamente lo que todo esto implica, es necesario complementar con otras dos reformas que se plantean; una de ellas es una iniciativa que propone obligar a las compañías proveedoras de servicio telefónico a identificar a sus usuarios; asociar forzosamente una línea telefónica a un individuo. Por otro lado, “servido en charola de plata”, para el ejército y fuerzas armadas, los datos de geolocalización en tiempo real. 

 

Por si esto fuera poco, la concentración de estos datos, sumado a otra reforma que permitiría controlar el espectro radioeléctrico, bajar contenido de internet sin previa autorización judicial, y que ahora el IFT (que pasaría a llamarse “Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones” “ATDT” si la reforma se aprueba), estaría en completa subordinación al Ejecutivo Federal, implica una grave vulneración a garantías Constitucionales.  

 

Cada vez más lejos de México y más cerca de 1984 de George Orwell; es la conclusión más contundente, porque de aprobarse y entrar en vigencia este paquete de reformas, nos podemos ir despidiendo de la privacidad. Inclusive, si al Gobierno de México no le gusta este artículo, podría eliminarlo, solicitar mi información, obtener mi localización en tiempo real, o eliminar mis redes sociales por considerar que mi contenido, en pleno ejercicio de la libertad de expresión, es “tóxico para el régimen”. Podrá sonar a ficción, pero efectivamente sucederá, primero con los periodistas, luego con los opositores, para culminar con cualquiera que se oponga y alce la voz. 

 

Para los derechos humanos implica una restricción al derecho a la libertad de expresión, cuyo límite es el  propio ejercicio de los derechos del tercero; es decir, si no dañamos los derechos de un tercero, estamos en un pleno y legal ejercicio de esta garantía. Para cuestiones de opinión sería absurdo catalogar expresar tu inconformidad con el Gobierno Federal (por ejemplo) como un límite, por lo que no se puede alegar por parte del Gobierno tal situación; primero, por que el gobierno es un ente abstracto, no recae plenamente en una persona, y segundo, por que al ser un ente abstracto, se emite la crítica o el comentario (según sea el caso), a una colectividad, que, funcionando en conjunto como tal, consideramos como “Gobierno”, por lo que no existe un ilegal ejercicio al no existir un derecho de un tercero (individuo) en sí mismo.

 

Implica también una regresión, una completa violación al principio de progresividad en materia de Derechos Humanos, consagrado en el Articulo 1o. de nuestra Constitución Federal, así como una violación a los artículos 6o, 7o, 16o, y 17o, por mencionar los más evidentes. 

 

De aprobarse tal paquete de reformas, podemos olvidarnos de nuestra garantía de audiencia, libertad de expresión, protección de datos personales y en general, de nuestros derechos de libertad. ¿Qué pasaría si hackean la base de datos con nuestra información?. ¿qué pasaría si acceden a nuestra ubicación en tiempo real?

 

Como lo dije en una anterior participación, controla internet, controla todo. Solo falta que nos quiten la propiedad privada. El poder Judicial ya lo tienen. Estamos perdidos.  

 

 

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