LA IMPORTANCIA DEL ESTRÉS LABORAL

El estrés laboral comenzó a estar de manera más frecuente en la vida ocupacional de los trabajadores, es un fenómeno complejo que requiere intervención, cuando las demandas del entorno profesional superan las capacidades del trabajador, afectando la salud física y mental. La sobrecarga de trabajo muchas veces favorece al aumento de estrés, vinculado a una jornada de trabajo larga y poco flexible. 

La reducción de la jornada laboral se ha convertido en una propuesta relevante y necesaria. Existen estudios que respaldan sus beneficios, indicando que trabajar menos horas mejora la calidad de vida de los trabajadores y aumenta la productividad, permitiendo crear un balance entre la vida profesional y personal. Un estudio global sobre la reducción de la semana laboral confirma un aumento del bienestar en los trabajadores. Mejor rendimiento, menos fatiga y mejor salud son algunos de los impactos positivos de la jornada de cuatro días, según el estudio “SOCIEDAD”  (Actis, 2024) 

Ejemplo de la eficacia de reducir la jornada laboral se puede encontrar en Japón, en 2019 Microsoft realizó una prueba piloto de una semana laboral de cuatro días, que resultó en el aumento del 40% de la productividad. (Microsoft, Japan, 2019)

En 2024, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó un listado de países que tienen jornadas laborales largas; en dicho listado, México ocupa el lugar 21. Según cifras del INEGI en 2024, el 75% de los trabajadores mexicanos experimentaron estrés laboral.

México dio un paso muy importante en 2018, ya que entró en vigor la Norma Oficial Mexicana 035-STPS, la cual representa un avance significativo para cuidar la salud mental y emocional de los trabajadores. Su objetivo es identificar y prevenir factores de riesgo psicosocial, como el estrés laboral, lo que puede tener un impacto positivo en la calidad de vida de los empleados. Al seguir estas directrices, las empresas no solo ayudan a sus trabajadores a sentirse mejor, sino que también pueden observar un aumento en la productividad y un ambiente laboral más positivo. Esta iniciativa busca el bienestar general de todos en el lugar de trabajo. 

El 20 de octubre de 2022, la Diputada Susana Prieto presentó en la Cámara de Diputados la iniciativa que reforma el artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Mexicanos. Dicha iniciativa plantea reducir la jornada laboral de 48 horas a 40 horas semanales aumentando de uno a dos días de descanso. En 2023 se realizó un parlamento abierto que duró 5 días donde se analizó y escuchó los puntos de vista de algunos trabajadores y empresarios. Dicha iniciativa se mandó a la   congeladora en diciembre de 2023, después de la recomendación del presidente Andrés Manuel López Obrador. 

Los diputados del Partido del Trabajo en abril de 2025 presentaron una iniciativa a través de una reforma secundaria la reducción gradual de la jornada laboral de 48 horas a 42 horas semanales. Cabe destacar que la gradualidad de la reforma fue una de las cosas que los empresarios pedían para poder adaptarse y realizar las modificaciones necesarias para sus centros de trabajo.

Un periodo de trabajo más corto puede disminuir significativamente los niveles de estrés, promueve un descanso adecuado y eficaz, favorece la salud mental además de permitir más tiempo para actividades familiares, recreativas y de convivencia. 

Cuando la reducción del horario de trabajo se aplica de forma planeada y adaptada al tipo de producción y/o contexto productivo resulta ser una medida efectiva y funcional para mejorar la salud de los trabajadores, además de crear balance entre la vida profesional y la personal.

Al abordar temas como la flexibilidad laboral, la conciliación entre la vida personal y profesional, y la protección de los derechos de los trabajadores, esta reforma busca crear un entorno más equitativo y sostenible. Sin embargo, es fundamental que se implemente de manera efectiva y que se realicen evaluaciones constantes para garantizar que los objetivos propuestos se cumplan. Solo así se podrá lograr un equilibrio que beneficie tanto a los empleados como a los empleadores, promoviendo un desarrollo económico inclusivo y un bienestar general social.