LA ESTRATEGIA DE LA OPOSICIÓN EN LAS JUDICIALES: ¿UN ACIERTO O UN ERROR?
- Felix Calderón Sáenz

- 9 jun
- 2 Min. de lectura

Las elecciones judiciales recientes nos han dejado una lección clara: la oposición sigue sin entender cómo jugar en el escenario actual. Al decidir llamar a no votar para “no darle legitimidad” a las elecciones, se olvidaron de un punto crucial: el régimen en el poder ya había otorgado legitimidad a este proceso a través de la controvertida Reforma Judicial.
¿No hubiera sido más inteligente animar a votar y elegir a los perfiles menos cercanos al gobierno? ¿No hubiese sido más efectivo mantener la lucha en las urnas, eligiendo a los candidatos más preparados, en lugar de permitir que unos pocos decidan los puestos judiciales a través de “acordeones” aprobados por Morena?
Una de las principales luchas históricas del PAN ha sido combatir la apatía ciudadana. Durante años, Acción Nacional se enfrentó al PRI, un partido que organizaba elecciones fraudulentas y simuladas. A pesar de todo, nunca dejó de participar y luchó con convicción. Ahora, la oposición no puede decir que “esto es una simulación” o “un fraude”, porque el PAN ya enfrentó escenarios mucho más duros y nunca se rindió.
Es importante entender que el sistema no se detiene por nuestra ausencia. Si creemos que la ausencia en las urnas “deslegitima” el proceso, estamos cometiendo un error. El poder no necesita nuestra legitimidad moral; lo que necesita son votos. Y hoy, Morena tiene una base firme y bien organizada para asegurarlos.
Si la oposición hubiese adoptado esta mentalidad cuando el PRI estaba en el poder, nunca se habría logrado un cambio. La democracia se fortalece en las urnas, no con ausencias. Lamentablemente, la discusión sobre la Reforma Judicial ya está perdida. La reforma fue aprobada en septiembre pasado y se ha vuelto materia constitucional. No podemos seguir pretendiendo que la elección de perfiles judiciales validará lo que ya está establecido.
Hoy en día, Morena no es el PRI de los años 70. Este partido está en un ascenso constante, con una gran base de apoyo popular, con un 72% de la población respaldando la Reforma Judicial. Más allá de cuántas personas voten, la elección tendrá legitimidad, porque el proceso ya está legitimado. La oposición, al optar por su estrategia de siempre –hablar sin hacer nada– ha dejado a Morena el campo libre para avanzar.
A modo de reflexión, la ausencia de la oposición en las elecciones judiciales no hace que el sistema se “deslegitime”, solo le da más fuerza al régimen en el poder. El cambio en las urnas siempre ha sido la mejor opción para una democracia viva y fuerte. La oposición necesita aprender de su historia y entender que si no juega el juego, nunca logrará transformar el sistema. Es hora de dejar atrás las estrategias vacías y comenzar a actuar en serio. ¿Y tú, qué opinas?






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