ELECCIÓN JUDICIAL: EL “AVANCE” QUE HIZO RETROCEDER
- Linda Araceli Torres Cabrera

- 9 jun
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Lo que parecía ser la integración de un nuevo poder, se convirtió en la desintegración del país, porque claro, ahora la justicia se convirtió en un show de baja audiencia, mucha producción y corrupción disfrazada de escándalos.
El pasado 1 de junio, se vivió un suceso histórico para México, por primera vez se convocó a los ciudadanos para participar en la elección de jueces y magistrados; en total, más de 800 cargos judiciales fueron electos. A pesar de que el proceso buscaba democratizar el Poder Judicial, la realidad se tornó distinta y los mexicanos hablaron con su silencio.
De acuerdo con datos del INE, apenas el 12.57% y el 13.32% de los mexicanos participaron en las votaciones. Esto significa que aproximadamente 12.5 a 13 millones de personas votaron, una cifra totalmente alarmante por lo baja que es a comparación de las aproximadas 100 millones de personas convocadas ¿A esto le llamamos democracia? ¿Podemos decir que el pueblo eligió?; a pesar de ser preocupante la falta de participación, no es la única anomalía, el proceso mismo estuvo lleno de muchas dudadas, desde la falta de información sobre los perfiles de los posibles electos, dudas para llenar las planillas e inclusive los “acordeones” electorales.
La elección judicial no fue más que un guion minuciosamente ensayado y redactado para legitimar las decisiones que ya estaban tomadas previamente. Los pocos participantes de la votación no votaron por quienes verdaderamente querían y tampoco estuvieron perfectamente informados respecto de TODOS los candidatos, porque tampoco se trató de una consulta informada, la campaña de difusión fue exageradamente mínima, el acceso a las propuestas estuvo tapizado de barreras y en algunos casos fue inexistente al 100 por ciento.
Entonces ¿Qué elegimos en realidad?, lo que se esperaba de un Poder Judicial independiente se está transformando en una estructura que está en función de los intereses del partido que tiene en su poder la mayoría.
No podemos hablar de justicia y democracia absoluta, cuando esta se condiciona y somete a mayorías políticas, no podemos hablar de estos conceptos tan esenciales en la identidad de todos los mexicanos cuando solo una minoría vota.
El silencio en las urnas fue claro, los mexicanos fueron invitados a elegir jueces, pero no le dieron palabra, solo boletas de una novela a la que ya se le había grabado un final.
Por que esto no fue una elección más, no fue igualdad al poder, no fue progreso ni elección, fue una puñalada al corazón de México.






Aunque la elección judicial busca la renovación total del Poder Judicial como parte de la reforma aprobada en septiembre de 2024, que introdujo el voto popular para la selección de jueces, magistrados y ministros, su aplicación será gradual, según lo establecido por el Congreso.
Los votantes mexicanos eligieron 881 cargos del Poder Judicial. A nivel federal se renovaban nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dos magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral, 15 magistraturas de sus cinco salas regionales, cinco integrantes del recién creado Tribunal de Disciplina Judicial, además de 464 magistraturas de circuito y 386 jueces de distrito.
Excelente reflexión... y aun con todo México tiene mucho potencial y puede salir adelante