JUZGADORES ANTINATURA
- Carlos Arnoldo Rico Ramírez

- 16 abr
- 3 Min. de lectura

¿Qué pasaría si en pleno Clásico de las Águilas del América contra las Chivas del Guadalajara el árbitro que va a pitar el partido tuviera puesta la playera del América y los shorts y las calcetas de las Chivas? Evidentemente lo anterior dejaría en la incertidumbre a los jugadores, haciéndoles errar en sus jugadas y pensando que cualquier silbatazo del árbitro ya viene cargado y marcado de intereses externos, haciendo lo contrario a su naturaleza como réferi, pues así los jueces aseguran llevarán justicia al pueblo.
Ante la inminente llegada de la reforma al Poder Judicial Federal enarbolada por el bloque mayoritario, es imposible soslayar la idea de que la naturaleza de los jueces y juezas no volverá a ser la que en un primer momento estaba planeada para un Estado constitucional de Derecho y democrático, justo como lo indican los principios de la democracia liberal y bajo los cual descansa nuestra ley fundamental.
A partir de que arranquen las campañas para elegir personas juzgadoras y éstas muden de piel para jugar a ser políticos, indiscriminadamente las y los jueces se habrán cambiado del territorio de la judicatura al terreno del cabildeo incesante para ganar las simpatías de los justiciables. Su naturaleza cambiará el rumbo de la impartición de justicia que de por sí venía ya dando mucho de qué hablar.
Por excelencia la naturaleza de un juez o jueza no es la de ganar las simpatías, las buenas vibras ni la mayoría de los votos, pues estos estudiosos del Derecho dirimen conflictos entre partes que normalmente cuando éstas acuden ante un juzgado, dentro del expediente, tendrán que emitir una sentencia que se ajuste al marco legal, dejando, por las razones del litigio per se, a una de las partes inconforme, lista para recurrir dicha resolución. En estricto sentido si ambos justiciables le otorgaron el sufragio dentro de los comicios judiciales, es obvio que ambos esperarían desquitar el sentido de su voto, porque al final del día la reforma no cambia el ánimo de corrupción que pueda llegar a existir dentro de una controversia, el conflicto de interés, la opacidad y las malas prácticas entre servidores públicos y gobernados.
ANTINATURA significa que va en contra del orden de la naturaleza, pues vemos ene número de candidatos subir videos por redes sociales, hacer campaña de territorio y prometer justicia pronta y expedita, cuales políticos en campaña ya salieron quienes montan mejores mítines que otros, quienes convocan más que otros, quienes levantan X o Y sindicato, candidatos aquí, candidatas allá, pareciera ser una cacería de brujas electoral en dónde no hay claridad del proceso ni certeza de las candidaturas, al tener diversos padrinos y madrinas jurídicas la dichosa reforma es de comprenderse que la gente ya está elegida, que las candidaturas venían a modo y que la complejidad del proceso solamente hará desembocar a un gran abstencionismo por parte del mismo pueblo.
Con altas y bajas, con buenas y malas expectativas la reforma judicial es una realidad, una realidad que cambia el panorama jurídico mexicano dejándolo una vez más en manos de la clase política del momento o peor, acomodando la cama para legitimar abusos por parte del poder público. Porque no debemos olvidar que el cometido primordial del poder judicial es velar por la certeza jurídica y las garantías constitucionales de los gobernados, más allá de discursos políticos y demagógicos, el Estado tiene la obligación de garantizarnos ese bien común por el cual nosotros entregamos nuestros votos a los representantes y no al contrario, que nosotros como gobernados arriesguemos lo nuestro para legitimar un ambiente lleno de opresión.
Al final del camino los únicos afectados por la toma de decisiones mal planificadas y llenas de intereses partidarios serán siempre los JUSTICIABLES, que ahora tendrán que estar más al pendiente de la cosa pública, de sus asuntos y de sus relaciones tanto con el poder público como con sus abogados ya que se puede elucubrar un ambiente judicial gelatinoso en donde los candidatos y candidatas llegaron como si fuera tertulia y en dónde el profesionalismo de jueces y juezas quedará en entredicho al haber salido a hacer campaña y denostar la imparcialidad como su herramienta de trabajo pues habrán dejado de lado su funcionamiento por excelencia dentro del Estado que es la justa impartición de justicia para pasar a ser jueces antinaturales.
Bajo esa misma tesitura un servidor hace un llamado a involucrarse y participar dentro de los comicios judiciales, ya que podremos estar de acuerdo o no, sin embargo el Derecho se renueva, se moderniza y se transforma, a veces para bien a veces para mal, en ese mismo sentido recordemos que nuestra quietud ante este proceso inédito en la historia nos dejará alejados y hechos de piedra ante las opiniones, estudios y mejoras que se puedan llegar a dar en un futuro, porque al mal paso darle prisa. Les mando un afectuoso saludo, ¡comparte si te gustó!






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