CONTROLA INTERNET; CONTROLA TODO

El discurso es contundente: el espectro radioeléctrico podría quedar bajo el control directo de una secretaría del gobierno federal. De entrada, suena preocupante; y entre más se ahonda en el tema, peor luce el panorama. Esta reforma no solo antecede un retroceso, sino que presagia una infinidad de riesgos para las libertades fundamentales.

Cuba, Corea del Norte, China, Turkmenistán y Rusia tienen algo en común. No se trata únicamente de su forma de gobierno o su cultura, sino de una práctica que comparten con inquietante claridad: el control absoluto de lo que circula por radio, televisión e internet. Estos regímenes sólo permiten la difusión de lo que les favorece, censurando y pisoteando la libertad de expresión, el derecho a la información verídica y la libre comunicación.

En México, aún resuena el eco de un pasado no tan lejano en el que la narrativa nacional era moldeada por un puñado de políticos del PRI y ejecutivos de TELEVISA, o del PAN y TV AZTECA. Lo que favorecía al discurso oficial era amplificado; lo incómodo, minimizado o silenciado. Así se controlaba la percepción del entorno: quien controla la narrativa, controla la conciencia colectiva.

El temor hoy es que esa misma lógica se aplique a los medios digitales, redes sociales e incluso a la radio civil. Controlar internet es más que un asunto técnico o administrativo: es reprimir, censurar y vulnerar derechos humanos fundamentales. Implica volver a un estado donde el poder define qué se puede decir, qué se puede ver y hasta qué se puede pensar.

México, ya considerado uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo, estaría a un paso de convertirse en una dictadura totalitaria al estilo de las antes mencionadas. Imaginemos el riesgo de expresar una crítica al gobierno desde internet: el ciudadano estaría expuesto al juicio de un poder judicial subordinado al Ejecutivo, a una fiscalía sin autonomía ni eficiencia, y ni siquiera el anonimato digital sería garantía de libertad.

Esta reforma representa una amenaza frontal contra la libertad de prensa, la libertad de expresión, el derecho de petición, el derecho a la privacidad y a las comunicaciones, el libre desarrollo de la personalidad, el derecho a estar informado, la garantía de audiencia y el derecho al debido proceso; que en suma, transgrede la propia libertad del ser humano. Si internet deja de ser un espacio seguro y libre, nos quedará claro que ya no se pretende gobernar una república, sino controlar una población.

Solo falta que el Ejecutivo se reelija para completar el ciclo. Si ya controla el Poder Judicial, el Legislativo y ahora pretende controlar el espectro digital, entonces sí:Controla el internet... y controlarás TODO.