AGENDA 2030: EL TIEMPO SE AGOTA
- Astrid Ivonne Santiago Salas

- 11 feb
- 3 Min. de lectura

Desde el 2015 se comenzaba a escuchar la publicación de una agenda propuesta por la UNESCO que contaría con 17 objetivos a cumplir para disminuir una brecha social y permitirnos vivir en un mundo mucho más inclusivo. De este modo, la idea de una sociedad centrada en valores específicos, para formar ciudadanos responsables, conscientes de sus derechos, pero también de sus obligaciones parecía cada vez más real y la manifestación de estos objetivos en los centros educativos debía proyectarse como una prioridad.
Hablar de la integración de algunos objetivos de esta agenda es urgente ya que a diez años de su publicación se pueden percibir múltiples resultados a partir de indicadores específicos que se pueden consultar en el sitio web de la Agenda 2030 para México.
En este sentido, desde una perspectiva social, las familias son el primer nivel en donde se perciben dichas problemáticas mismas que son abordadas por objetivos en específico, conocidos como Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como el número 06 “Agua limpia y saneamiento” o el número 07 “Energía Asequible y no contaminante. Cada objetivo cuenta con metas específicas e indicadores en un marco global, nacional y por entidad federativa. Esto quiere decir que el gobierno federal, estatal y local debe emprender proyectos de alto impacto que permitan al individuo acceder a un mejor contexto que le asegure el cumplimiento de los 17 objetivos.
Por su parte, el Sistema Nacional Mexicano debe asegurar que los contenidos de los planes y programas de estudio, así como aquellos contemplados en el marco de la Nueva Escuela Mexicana, se alineen con los lineamientos de cada objetivo establecido por la UNESCO.
Desde su publicación, la UNESCO ha advertido que, de no cumplirse los 17 objetivos, las naciones deberían preocuparse por el posible colapso en áreas como el medio ambiente, la salud y la educación; esto es solo por mencionar algunos de los criterios presentes en la agenda. No necesitamos esperar hasta que el tiempo se nos acabe ni deberían tomarse las proyecciones que realiza dicho proyecto como una transición sencilla.
Recordemos que ya vivimos una pandemia en donde el sistema de salud demostró que es vital para el aseguramiento de una calidad de vida óptima para niñas, niños y adolescentes. En este sentido la UNESCO, en su informe de edición especial de 2023, expone que el índice de cobertura de los servicios médicos solamente aumentó tres puntos desde 2015, alcanzando los 68 puntos en 2021, considerando las dificultades financieras del sector, con solo un aumento en su presupuesto pasando del 12.6% en 2015 a 13.5 % en 2019, afectando a un promedio de mil millones de personas.
Con respecto a México, podríamos analizar de manera gráfica y dentro del informe los datos que corresponden a América Latina y el Caribe, mientras que los objetivos a cumplir junto con sus indicadores los podremos encontrar en los enlaces directos a cada Objetivo, por ejemplo, en el caso del Objetivo 03 “Salud y Bienestar” se plantea como meta 3.1 Lograr la cobertura universal de salud y como indicador 3.1.1 Porcentaje de la población que presenta carencia por acceso a los servicios de salud lo que arroja, entre otros datos, que la población con carencia a la seguridad social en el ámbito urbano es de 33.9% al 2022.
Este año es crucial para México en cuanto a legislación en materia de salud, educativa, social y ambiental que son los ejes principales de la agenda, razón suficiente para consultar todos los datos arrojados en el informe de edición especial. Además, se deberán construir múltiples mesas de trabajo en donde todas y todos deberemos participar activamente para llevar a cabo acciones que verdaderamente cumplan con los objetivos planteados de manera global y apoyados en los diferentes indicadores que nos permitan evaluar las condiciones para que la nación mexicana enfrente de la mejor manera los retos a nivel global que definitivamente impactan al país y a quienes lo habitan.






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