¿A DÓNDE VAMOS Y CÓMO LLEGAMOS? EL NUEVO MAPA DE LA MOVILIDAD
- Michelle Martínez

- 10 jun
- 3 Min. de lectura

Hacia el final del siglo XX y durante el XXI, moverse por la ciudad representaba, en muchos casos, pasar horas en el tráfico, lidiar con el ruido de la contaminación de los motores y depender prácticamente del automóvil. Pero hoy, el mundo se está volviendo a plantear dicha fórmula. Y México no es la excepción. La movilidad está cambiando, y lo está haciendo rápidamente.
No son solo coches eléctricos. Se está hablando de un verdadero cambio en la manera de movernos: electromovilidad, bicicletas públicas, scooters, transporte inteligente, calles más seguras para el peatón y, sobre todo, una visión más humana de las ciudades. ¿El objetivo? Que movernos sea más limpio, eficiente y accesible para todas las personas.
ELECTROMOVILIDAD: MÁS QUE UNA MODA
Una de las novedades más visibles ha sido el crecimiento exponencial de los automóviles eléctricos, con mayores eficiencias energética y operativa (menores emisiones, menor ruido etc.), pero centrarse en los coches eléctricos sería una aproximación muy escasa. La idea de la "electromovilidad" debe incluir autobuses, trenes, e incluso bicicletas eléctricas, que comienzan a empezar a hacerse hueco en muchas de las ciudades mexicanas.
Pero la mera existencia de más vehículos eléctricos no da respuestas a las problemáticas de tráfico o espacio urbano que han generado la crisis de los autos; por lo que la electromovilidad debe entrar en la órbita de sectores relacionados que favorezcan el transporte colectivo y la disminución del uso del coche privado.
MICROMOVILIDAD: LA REVOLUCIÓN SILENCIOSA
La pandemia aceleró el uso de transportes individuales como bicicletas y scooters. Estos medios, conocidos como micromovilidad, permiten trayectos cortos sin contaminar y evitan aglomeraciones, cada vez más personas optan por ellos para ir al trabajo, hacer compras o simplemente moverse por el vecindario. Lo interesante de la micromovilidad es que cambia nuestra percepción del espacio urbano; ciudades como Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey ya han empezado a crear ciclovías y zonas exclusivas para estos medios; y aunque aún falta mucho por hacer, es un paso en la dirección correcta.
MÁS ALLÁ DE LOS VEHÍCULOS: UNA NUEVA CULTURA URBANA
La movilidad no es únicamente un tema técnico, también es un problema social, ambiental, incluso de salud pública. Para ir hacia la transformación de la movilidad la infraestructura y los espacios de la ciudad deben ser replanteados desde una vertiente humana, esto es replantear la ciudad por y para las personas además de tener en cuenta las necesidades que presenta el coche: espacios aptos para andar a pie, transporte público asumido dignamente, pasos de peatones con garantías, una infraestructura accesible al conjunto de la ciudadanía... de todo esto se habla cuando se hace referencia a otra movilidad.
Pero también hace falta aquello que resulta más difícil de obtener: un cambio cultural. Hay que dejar de entender el coche como el símbolo del estatus social y comenzar a centrar la mirada hacia otros modos de desplazarse. Formar a ciudadanas y ciudadanos mucho más críticos, exigentes y activos es la manera de ser capaces de contar con una nueva cultura de la movilidad.
La transformación de la movilidad no es un destino, es un camino, y en ese trayecto, cada decisión cuenta: desde optar por el transporte público hasta apoyar políticas que prioricen la sustentabilidad.
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