NACIONALIDAD, CIUDADANÍA Y DERECHOS HUMANOS: LA INTERSECCIÓN DE LA IDENTIDAD Y LA JUSTICIA
- Silvia Cervantes

- 3 feb
- 3 Min. de lectura

Recientemente ante la inminente llegada del mandatario estadounidense Donald Trump a la Casa Blanca, se han puesto sobre la mesa temas de interés internacional, a raíz de la promesa del fin de la ciudadanía por nacimiento a los hijos de padres migrantes que nazcan en tierras estadounidenses, pero esto, más allá de ser una medida de “protección" a la identidad norteamericana, cae en una violación a uno de los principales Derechos Humanos, como lo es “la nacionalidad”.
Muchos se preguntarán, ¿Qué es la nacionalidad?, ¿En que nos afecta?, ¿Cuáles son sus alcances? Y esto, mucho más allá de ser un simple derecho, es aquel que otorga a cada individuo una identidad legal y un estatus dentro de un país. Si estudiamos a profundidad el verdadero problema, estaremos de frente a que estas políticas lascivas, niegan este derecho a un menor recién nacido no solo afectando su pertenencia a una nación, sino que también esto genera consecuencias profundas y duraderas en su vida, como lo son, la privación de acceso a servicios básicos como la educación y la atención médica, hasta la exposición a situaciones de vulnerabilidad y discriminación, generando que la falta de nacionalidad pueda llevar a un ciclo de marginación y exclusión, siendo que las consecuencias a largo plazo ocasionadas a raíz de este fenómeno plantean importantes dilemas éticos y legales, pues al no tener acceso a una nacionalidad, en sus primeros momentos de vida contradice los principios de igualdad y justicia que deberían regir en cualquier sociedad, no solo de tipo nacional, al ser los derechos de los niños y niñas de interés internacional.
En este contexto, es fundamental reflexionar sobre los peligros inherentes a la negación de este derecho, tanto para el individuo como para la cohesión social y el desarrollo de comunidades más inclusivas y justas.
¿En qué nos afectaría como país esta decisión?
Las repercusiones no son solamente sociales, pues la economía y la política están íntimamente relacionadas con este fenómeno, además del incremento a la migración ilegal, son los hijos de migrantes quienes no pueden obtener la nacionalidad estadounidense, las familias buscarían otras formas de asegurar un futuro para sus hijos, incluyendo la posibilidad de que regresen a México.
Si esta decisión llegara a establecerse, y Estados Unidos decidiera negar el acceso a la nacionalidad, sería un foco rojo a nivel mundial pues no solamente estaría violando acuerdos internacionales, sino que además fomentaría la creación de un ambiente de mayor vulnerabilidad para los menores, al no poder tener acceso a un sentido filial con sus menores, exponiéndolos ante la falta de un nombre y una nacionalidad, los coloque en una situación de vulnerabilidad extrema, a razón de que, sin una identidad legal, el menor se enfrenta a la imposibilidad de acceder a servicios básicos como la educación, la salud y la protección social, limitando su desarrollo personal y social, exponiéndose a riesgos de explotación y abuso, ya que es más difícil para las autoridades identificar y proteger a un menor sin documentación, resultando en la imposibilidad de que el niño pueda ser reconocido legalmente, lo que puede llevar a situaciones de abandono o a ser víctima de tráfico humano.
Debemos de tomarnos un tiempo para reflexionar acerca de este tema, pues al ser el interés superior del menor lo que se encuentra en juego, no solamente hablamos de un asunto de nacionalidad, y discursos políticos, no podemos legislar de manera tan egoísta, vulnerando los derechos de los no nacidos y de aquellos que no cuentan con la capacidad jurídica para determinarse libremente.
Los invito a estar pendientes de este y más artículos en torno al tema, pues sin duda aún tenemos mucho de qué hablar, ¡No se pierdan ninguna actualización! Suscríbanse a nuestro blog y manténganse al tanto de los hechos más relevantes, consejos útiles y contenido exclusivo.






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