LA REFORMA ELECTORAL QUE VIENE: ENTRE LA PROMESA DE TRANSFORMACIÓN Y EL RIESGO DE REGRESIÓN
- Karla Patricia Gómez García

- 26 ago
- 2 Min. de lectura

La democracia mexicana está en una encrucijada. Las propuestas de reforma electoral que se discuten actualmente no solo buscan modificar aspectos técnicos del sistema, sino redefinir el equilibrio entre representación, gobernabilidad y participación ciudadana.
En este contexto, es fundamental que las juventudes, especialmente quienes estudian derecho y se forman en el análisis institucional, participen activamente en el debate.
Uno de los ejes más polémicos es la reducción del número de legisladores plurinominales. Esta medida, presentada como una forma de simplificar el Congreso y reducir costos, podría tener consecuencias profundas en la pluralidad política. El sistema de representación proporcional ha permitido que voces minoritarias accedan a espacios de decisión, equilibrando el poder de las mayorías y fortaleciendo el diálogo democrático. Su debilitamiento podría traducirse en una concentración del poder y una menor diversidad ideológica en los órganos legislativos.
Otro punto clave es la propuesta de elegir a los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) y a los magistrados del Tribunal Electoral mediante voto popular. Aunque esta idea se presenta como una forma de democratizar la elección de autoridades electorales, existe el riesgo de que se politicen aún más estos órganos técnicos, cuya independencia ha sido crucial para garantizar elecciones libres y equitativas. La imparcialidad no se construye con popularidad, sino con profesionalismo, autonomía y rigor técnico.
El financiamiento público a los partidos también está bajo revisión. Reducirlo podría parecer una medida de austeridad, pero en realidad podría abrir la puerta a una mayor dependencia de recursos privados, con el consecuente riesgo de captura de intereses económicos. En lugar de eliminar el financiamiento público, sería más pertinente fortalecer los mecanismos de fiscalización, transparencia y rendición de cuentas, asegurando que los recursos se utilicen para fomentar la participación y el debate político.
Finalmente, la posible desaparición de los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLEs) plantea dudas sobre la capacidad de atender las particularidades regionales. México es un país diverso, con contextos sociales, culturales y políticos muy distintos entre estados. La centralización de la organización electoral podría alejar los procesos de la ciudadanía y dificultar la atención de conflictos locales.
La reforma electoral que viene no debe ser vista como una simple reconfiguración institucional. Es una oportunidad — y también un riesgo— para redefinir el modelo democrático que queremos construir. ¿Buscamos una democracia más eficiente o más inclusiva? ¿Más barata o más representativa? ¿Más controlada o más participativa?
Como jóvenes, como estudiantes, como ciudadanos comprometidos, tenemos el deber de analizar, proponer y defender los principios que sostienen nuestra democracia. Porque el futuro no se legisla solo en el Congreso: también se construye en las aulas, en los foros, en los blogs… y en cada voz que se atreve a pensar críticamente.
Por eso, esta edición del Blog Legislativo no es solo una invitación a escribir: es una invitación a formar parte de una comunidad que cree en el diálogo informado, en la crítica constructiva y en el poder de las ideas para transformar realidades.






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