LA POLÍTICA YA ES VIOLETA
- Claudia Arianne Noriega Gallardo

- 8 mar
- 3 Min. de lectura

A veces me cuestiono ¿Ser mujer, es una lucha día tras día? Una pregunta un poco aguda, pero es nuestra realidad. El simple hecho de ver la televisión, de leer el periódico, de entrar a las redes sociales y de consultar las noticias locales o nacionales me han orillado a pensar que ser mujer es una condición que, bien sabemos por el transcurso de la historia, no es grata en lo absoluto.
Es lamentable la cara de la moneda, en la cual escuchamos que ser mujer es una condena que nos encadena a estereotipos, vulnerabilidad y características que resaltan la debilidad del ser. También tenemos otra cara de la moneda, en la cual ser mujer hoy en día es empoderamiento, feminidad, liderazgo, autenticidad puesto que no es necesario imitar figuras masculinas, por algo se dice “se tienen las faldas bien puestas”. Pero todo esto ¿A quién se lo debemos?, bueno la respuesta es simple, a esas insaciables políticas y luchadoras que ocupan cargos de alto nivel, como Indira Gandhi en la India, Margaret Thatcher en el Reino Unido, Golda Meir en Israel, Violeta Chamorro en Nicaragua y nuestra actual presidenta de la república la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, que internacionalmente pone en lo más alto a nuestra nación.
Asimismo, en conmemoración al 8 de marzo, día internacional de la mujer, quiero aprovechar este espacio de escritura y comunicación para resaltar y aplaudir la valentía de las muchas mujeres que a lo largo de la política en todas sus esferas y que a través de la historia no aceptaron un “no” por respuesta, un “tú no puedes”, “lo conseguiste por tus atributos”, “no me llegas ni a los talones”, “esto no es para ti, es cosa de hombres” estas palabras vacías las hicieron a un lado y el único eco que se escucho fue el de cómo con sus acciones defienden nuestros derechos, promueven la igualdad de género, luchan contra la discriminación y grandes causas humanas, entre otras.
Por otra parte, un gran enemigo del desarrollo de la mujer y la paz social es la suposición e ignorancia dado que se busca una igualdad en trato y oportunidades más no en dar por hecho que somos iguales que los hombres, puesto que ambos somos muy diferentes espiritual, física, biológica, psicológica, emocional, sexualmente, entre otras. Lo que realmente se busca es trabajar hombro a hombro, a la par, en cooperación y complementación, porque ninguno es más que otro, sin duda tenemos que vivir lo sustentado en el párrafo segundo del artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos donde se establece textualmente, “el varón y la mujer son iguales ante la ley”.
Dicho lo anterior, dejemos en claro que la participación de la mujer en la vida política es una pieza clave y fundamental para lograr efectivas negociaciones y éxitos rotundos, llenos de cooperación que nos acercan a una sociedad más justa, equitativa e imparcial, en todos los sectores. Cada vez hay más mujeres en el poder que con respeto y honor no solo nos representan a una, sino a todas y yo como mujer te lo digo, a quien pide se le da, quien busca encuentra, quien toca una puerta, la misma se le abre y si lo crees lo creas.
Luchemos, nuestra arma nunca será el silencio, seamos mujeres valientes y sigamos construyendo la paridad, porque los cimientos están más que puestos, hazlo, no por ti, sino por el futuro de nuestras niñas, nuestras hermanas y de todas las mexicanas.






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