LA GRAN CONTRADICCIÓN: SEGUROS EN PAPEL, INSEGUROS EN LA CALLE
- Dennis Aguilar Cisneros

- 10 jun
- 2 Min. de lectura

A pesar de los discursos oficiales que señalan una disminución de ciertos delitos en San Martín Texmelucan, la realidad que vive su ciudadanía contradice esa narrativa. De acuerdo con una encuesta realizada recientemente, sólo el 16% de los habitantes se siente seguro en el municipio; el 84% no. Este dato refleja un sentimiento colectivo de abandono y una percepción de impunidad que no puede ser ignorada.
Aunque cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública muestran descensos en delitos como el robo a transportistas o a negocios, la inseguridad sigue formando parte del día a día. A esto se suma la continuidad de grupos delictivos como las células residuales de personajes emblemáticos del crimen organizado en el municipio que, aunque debilitadas, no han sido desmanteladas del todo. Texmelucan, como muchos otros municipios del país, sufre un fenómeno doble: una normalización de la violencia y una crisis de confianza en las autoridades.
El problema no es solo local. A nivel nacional, vivimos un modelo de seguridad pública militarizado y reactivo que no responde a las causas estructurales de la violencia, ya que en lugar de reconstruir el tejido social o fortalecer la policía de proximidad, se ha optado por una estrategia que se desgasta entre cifras y enfrentamientos, sin tocar los factores de raíz: impunidad, corrupción y descomposición institucional.
En Texmelucan, la ciudadanía ha aprendido a protegerse sola y desconfiar de las instituciones, así como modificar sus rutinas para evitar riesgos. Los “Puntos Seguros” instalados en zonas estratégicas no han tenido el alcance ni la difusión suficiente, lo cual conlleva que los programas de prevención brillen por su ausencia y las juntas auxiliares donde la delincuencia es más violenta no reciban atención diferenciada.
La crisis exige respuestas integrales y valientes, puesto que se requiere que el poder ejecutivo y legislativo en todos sus niveles, escuche a la ciudadanía, utilice herramientas efectivas como insumo real de política pública y deje de legislar e implementar estrategias desde la comodidad de los informes oficiales. Si no se reconoce que la inseguridad es también una percepción, una experiencia cotidiana, una herida abierta, jamás podrá resolverse.
San Martín Texmelucan no necesita más cifras maquilladas. Necesita presencia institucional real, participación comunitaria para poder generar una agenda de seguridad con enfoque social y territorial.
“Porque mientras el 84% de su población siga sintiéndose insegura, ningún descenso en la gráfica tendrá valor”.






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