ELIMINAR EL FUERO: ¿JUSTICIA O SIMULACIÓN POLÍTICA?
- Luis Fernando Delgado Trejo
- 28 mar
- 4 Min. de lectura

La Cámara de Diputados se prepara para discutir una reforma que promete cambiar la estructura de la impunidad en México: la eliminación del fuero constitucional para legisladores y gobernadores. A través de modificaciones a los artículos 61, 108, 110 y 111 de la Constitución, esta reforma busca garantizar que ningún funcionario esté por encima de la ley, asegurando que diputados, senadores y gobernadores enfrenten las mismas responsabilidades que cualquier ciudadano.
A simple vista, esta reforma parece ser un paso firme hacia la transparencia y la rendición de cuentas, pero es necesario preguntarnos: ¿se aplicará para todos o será solo una herramienta de control político contra ciertos actores? ¿Se está eliminando realmente la impunidad o se está construyendo una reforma a modo?
VENTAJAS: UN FRENO AL ABUSO DE PODER
La eliminación del fuero constitucional ha sido una exigencia de la sociedad mexicana durante años. Los escándalos de corrupción, el desvío de recursos y el tráfico de influencias han demostrado cómo el fuero ha sido utilizado como un escudo para la impunidad. Con esta reforma:
Se fortalece el Estado de derecho, al garantizar que cualquier funcionario pueda ser investigado y procesado como cualquier otro ciudadano.
Se reduce la percepción de privilegio e impunidad, pues el fuero ha sido históricamente visto como un pase libre para la corrupción y la irresponsabilidad política.
Se envía un mensaje de transparencia, al reforzar la idea de que el servicio público es una responsabilidad y no un privilegio.
Se inhibe la cultura de la protección corporativa, donde políticos protegen a sus aliados de rendir cuentas a la justicia.
Se impulsa la confianza ciudadana en las instituciones, al demostrar que no hay ciudadanos de primera ni de segunda clase ante la justicia.
Evita que funcionarios corruptos evadan la justicia, lo que podría disuadir el mal uso de recursos públicos.
No obstante, a pesar de las bondades que esta reforma puede traer, también es necesario mirar más allá de los discursos y analizar los riesgos que conlleva su implementación.
DESVENTAJAS: ¿JUSTICIA PARA TODOS O UN ARMA POLÍTICA?
La eliminación del fuero constitucional suena bien en teoría, pero en la práctica podría convertirse en un instrumento de persecución política si no se establecen mecanismos claros y equitativos para su aplicación. ¿Qué impide que esta reforma sea utilizada como una herramienta de presión contra opositores y críticos del régimen?
Riesgo de judicialización de la política: Sin un fuero que proteja a los legisladores de acusaciones infundadas, se abre la puerta para que cualquier denuncia se utilice como pretexto para destituir o encarcelar a quienes incomoden al poder.
Asimetría en la aplicación: Si bien la eliminación del fuero parece un avance, no todos los actores políticos estarán sujetos al mismo escrutinio. ¿Por qué no se extiende esta reforma al Presidente de la República y su gabinete? ¿Por qué algunos grupos siguen manteniendo privilegios?
Vulnerabilidad de la oposición: En un sistema donde la mayoría legislativa define el rumbo del país, la eliminación del fuero podría ser un arma para callar voces disidentes y bloquear iniciativas incómodas.
Desprotección de la labor legislativa: La protección parlamentaria se mantendrá exclusivamente para la libertad de expresión en el ejercicio de la función legislativa. Sin embargo, sin mecanismos claros de aplicación, esta garantía podría ser insuficiente para evitar represalias políticas disfrazadas de procesos judiciales legítimos.
Desvío de la atención de problemas estructurales: La eliminación del fuero podría convertirse en una distracción mediática que evite discutir problemas más urgentes, como la falta de acceso a la justicia y la corrupción en el Poder Judicial.
Mayor vulnerabilidad ante el crimen organizado: Legisladores o gobernadores podrían ser presionados por grupos criminales sin una protección adecuada que garantice su independencia.
El vicecoordinador de los diputados de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, ha señalado que la protección parlamentaria se mantendrá exclusivamente para la libertad de opinión y la actividad legislativa, lo que, en teoría, evitaría que los legisladores sean perseguidos por sus discursos o posicionamientos. Sin embargo, si los procedimientos judiciales son manipulados con fines políticos, esta protección será una mera formalidad sin efecto real.
CONCLUSIÓN: LA JUSTICIA DEBE SER PAREJA
Eliminar el fuero es un paso necesario, pero insuficiente si no se acompaña de una reforma integral que aplique las mismas reglas a todos los servidores públicos, sin distinciones ni excepciones. No basta con señalar a diputados y senadores cuando existen otras figuras con poder desmedido y sin contrapesos reales.
Si esta reforma es sincera en su intención de acabar con la impunidad, debe extenderse a todos los niveles del gobierno, incluyendo al Presidente y su gabinete. De lo contrario, no estaremos ante un avance democrático, sino ante una simulación más.
El gran peligro de una reforma incompleta es que puede utilizarse para fortalecer el control del oficialismo sobre el poder legislativo, debilitando la autonomía de los congresos locales y federales. Sin un marco legal que garantice su aplicación pareja y sin sesgos, corremos el riesgo de institucionalizar una cacería de adversarios políticos en lugar de fortalecer la rendición de cuentas.
El verdadero reto no es solo eliminar el fuero, sino garantizar que la justicia en México no sea un arma de control político, sino un pilar inquebrantable de nuestra democracia. Porque la ley debe ser igual para todos, o no es justicia, es solo manipulación.
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